El cuaderno de notas de Enduro21 del Erzbergrodeo 2025 tras una nueva visita a la legendaria prueba del “Gigante de Hierro” para poner el foco en los temas más jugosos del fin de semana.

Hablamos de por qué Manuel Lettenbichler, cuatro veces ganador del Erzberg, parece sacado del ADN de dos grandes leyendas del hard enduro; de cómo, a veces, hasta unas patatas de bolsa pueden ser salvación; de por qué hoy en día cruzar la meta ya no es suficiente; rendimos tributo al batallón de las cuatro tiempos, nos solidarizamos con “las pelotas de Cody Webb”... y mucho más.

 “Necesito unas ''chips' o algo. Lo que sea. Estoy hecho polvo.”

Jonny Walker se ganó el sueldo este año en Erzberg. Para demostrar lo duro que había sido, cuando le tocamos el hombro para una entrevista rápida en la zona de llegada, literalmente se cayó de espaldas.

Como atleta Red Bull, esta carrera es una de las más importantes para él, pero lo cierto es que en los últimos años ha habido momentos en los que parecía que su motivación flaqueaba. Nos lo ha dicho muchas veces: ser piloto privado y no contar con el apoyo necesario por parte de Beta ha hecho que competir al más alto nivel en pruebas tan duras como esta sea un reto mayúsculo.

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Pero esa energía renovada, el esfuerzo necesario en los entrenamientos y la preparación, sumado al hecho de volver a tener un equipo a su alrededor, han reavivado esa chispa en los ojos que solíamos ver cuando Jonny ganaba estas carreras.

 “Quiero hacerlo”, nos dijo hace un par de meses. “Creo que la moto puede lograrlo”, afirmó antes de coger una Triumph TF 250-X estándar directamente desde su presentación para prensa en España y convertirla en su arma perfecta, adaptada específicamente para esta carrera.

¿Quién dijo que las cuatro tiempos no sirven para el hard enduro?

Sabemos que las 2T son las favoritas en el enduro extremo. Son más ligeras y el carácter del motor se adapta mejor al estilo salvaje que exige este tipo de carreras: desde ir a ralentí como una moto de trial hasta darlo todo gas arriba por una cuesta del Erzberg.

Las 4T tienden a calentarse más, así que la gran pregunta antes de que Jonny se lanzara al Erzberg 2025 era: ¿soportará el calor?

La respuesta es sí — y en una carrera donde las temperaturas durante el evento principal fueron altas (aunque hubo un buen chaparrón en un momento dado, no afectó demasiado al calor acumulado en las secciones más exigentes, donde las motos iban al límite), este fue una verdadera prueba de fuego para la Triumph 250F. Y salió más que bien parada.

Aunque en la fábrica británica puede que estuvieran un poco nerviosos con el resultado pensando en su "estrategia de marketing", Jonny demostró que valía la pena. Si no empiezan a gritar a los cuatro vientos lo dura que es su nueva moto, deberían hacérselo mirar.

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Pues sí, las cuatro tiempos pueden con el hard enduro. Y de hecho ya acabaron el Erzberg en el pasado. Sin ir más lejos, lo hicieron nombres como Graham Jarvis o el “Letti original” —el padre de Mani, Andreas Lettenbichler—, que incluso llegó a subirse al podio pilotando una BMW 450X... ¡ahí es nada!

Pero en la era moderna, con el nivel de pilotaje tan elevado y la misma evolución técnica del deporte, lo cierto es que nadie que se tome en serio el resultado final en Erzberg corre con una 4T. Al igual que Cody Webb, que lleva años empeñado en convertir la Yamaha YZ en una moto ganadora, Jonny parecía tan motivado por hacer funcionar la Triumph cuatro tiempos como por el propio resultado en carrera.

De hecho, ya se rumorea que podría haber una categoría específica para motos cuatro tiempos en el Mundial de Hard Enduro… y lo visto este año en el Gigante de Hierro deja claro que debería haberla.

Tienes que desearlo de verdad

Paseando por la parrilla de salida antes de que cayera la bandera, era fascinante ver cuántos pilotos tenían esa mirada clavada, esa que dice “hoy voy a por todas”.

Antes de que empiece una carrera de este calibre, cada piloto tiene que hacerse una pregunta: ¿creo que puedo vencer a los que tengo a mi lado en la parrilla? ¿Puedo plantarle cara a Lettenbichler? ¿O simplemente quiero llegar a la meta? Desde donde estábamos, estaba claro que había dos tipos de pilotos... y al final, en la línea de meta, se notaba perfectamente quién lo quería de verdad.

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Trystan Hart salió a por todo, convencido de que podía ganar. Parte del motivo por el que acabó tan frustrado en meta, sospechamos, no fue solo por haber perdido un podio casi asegurado por un fallo mecánico que tuvo que solucionar en mitad del recorrido… sino porque no pudo plantarle cara a Mani en la lucha por la victoria.

Otra salida desde mitad del pelotón volvió a jugar en su contra y, la verdad, desde ese momento Hart tuvo que remar contracorriente. El problema con los tornillos del plato trasero fue la puntilla para el canadiense, pero no hay duda de que volverá a por todas.

 “¡Trystan pasó por encima de mi moto! Tuve que currármelo mucho para remontar…”

Dos que también dejaron claro que lo desean con todas sus fuerzas son Teo Kabakchiev y Mitch Brightmore, ambos se llevaron mutuamente al límite, pasaron a Walker y aprovecharon los problemas mecánicos de Hart para firmar uno de los finales más ajustados de la historia del Erzbergrodeo.

El hombre fuerte de Sherco en el Erzberg 2025 fue el búlgaro Teo Kabakchiev. Como de costumbre, su carrera fue un puro drama: luchó con Billy Bolt (¡otra vez!) por el holeshot y aguantó el ritmo de Bolt y Lettenbichler durante buena parte de la primera hora de carrera.

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Teo comentó que durante la carrera no podía quitarse de la cabeza lo ocurrido el año pasado, cuando salió demasiado fuerte, desfondándose, y acabó reventado. Tal vez eso lo hizo ir más lento o tal vez cometió errores, pero lo cierto es que acabó sintiendo la presión de Walker, Brightmore y, especialmente, de un Hart desatado, que literalmente pasó por encima del piloto de Sherco para adelantarlo.

 “Tuve que trabajar mucho a partir de ahí, rehacerme y sacar fuerzas de donde no las había”, nos contó Teo, que llegó a ir sexto y a cinco minutos de Hart, quien entonces rodaba tercero.

Pero todo cambió en el temido barranco empinado y resbaladizo entre los árboles, conocido como Motorex Highway (antes llamado Green Hell o Grüne Hölle, lo cual se traduciría como ‘Infierno Verde”), donde Teo logró adelantar a Walker —que sufría con una elección de mousse trasero demasiado duro— y se enzarzó en una pelea cuerpo a cuerpo con Brightmore por el podio.

Con Hart detenido al borde del sendero reparando su moto, la batalla por ese tercer escalón se mantuvo hasta la mismísima línea de meta. Al final, Teo cruzó tercero ¡por apenas dos segundos! y devolvió a Sherco al podio del Erzbergrodeo una vez más.

“Así son las carreras”

Mitch, por su parte, no se quedó corto en cuanto a esfuerzo y estaba claramente destrozado por haber perdido el podio en los últimos metros de carrera.

“Así son las carreras, son cosas que pasan”, nos dijo sentado sobre un tronco en la línea de meta, aunque la decepción se le notaba en la cara.

Mitch se había dejado la piel como el que más para meterse en la lucha por el podio, después de haber rodado casi toda la carrera en quinta posición. Y ese sabor amargo es exactamente lo que cabe esperar de un piloto joven que está dando pasos de gigante para colarse en estas posiciones de privilegio.

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Una batalla de 45 minutos hasta la línea de meta. Lo de Mitch y Teo fue un combate de verdad. Estuvieron casi 45 minutos intercambiándose las posiciones, hasta que en la subida final tras Lazy Noon —el último punto de control antes de la meta— Kabakchiev lo cerró con un block pass en toda regla en la ladera, lo justo para llegar pegados… y hacerse con el podio por los pelos.

Sin duda, hay que sumar a estos dos nombres a la lista de pilotos que lo dieron absolutamente todo hasta el final, buscando el mejor resultado posible. Ninguno de ellos salió solo a por la típica bandera de finisher, querían más.

¡50 y sigue!

Hablando de leyendas con un buen puñado de banderitas de Erzberg colgadas en el garaje, toca sacarse una vez más el sombrero ante Graham Jarvis. A sus 50 años, el británico sigue siendo capaz de colar su moto en el top 10 del Erzbergrodeo, llegando a meta 45 minutos después del vencedor… ¡aunque saliendo desde la segunda fila!

Solo imagina dónde habría acabado si hubiera salido en primera fila junto a Mani, sin tener que comerse las colas que se forman más atrás (aunque él mismo nos confesó que “le vinieron bien para descansar”  y haciendo su magia como la “vieja escuela”.

Graham pasó el primer punto de control en el puesto 61, la mítica Water Pipe Hill. A mitad de carrera ya se encontraba dentro del top 15, y pasó en undécima posición por el interminable Carl’s Dinner y la endiablada Motorex Highway, los puntos de control 22 y 23.

Diez minutos más tarde, había dejado atrás a Alfredo Gómez, Wade Young y Will Riordan en el CP24, y cruzó la meta (CP27) con mejor cara que muchos de los chavales que habían salido delante de él. Mientras ellos se sentaban exhaustos, él seguía de pie… ¡y sonriendo!

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La única pega que Jarvis nos soltó al terminar fue que no había premio en metálico por su octavo puesto: “Otra bandera más, pero esta vez sin pasta,” nos dijo con una sonrisa. “¡En vez de ganar unos miles, me los he gastado!”

Por si te lo preguntas, Graham nos confirmó que sí estará en el Mundial de Hard Enduro 2025… y también en la Romaniacs. Así que ya sabes: atentos al veterano, que aún tiene guerra que dar esta temporada.

25 años de diferencia… pero cortados por el mismo patrón

Hay muchas cosas que se pueden decir sobre Manuel Lettenbichler, que se llevó su cuarto Erzbergrodeo consecutivo para su casa en Alemania, y sobre su forma de pilotar: sin esfuerzo, implacable, dejando que sea la moto la que trabaje, nunca parado ni atascado en las secciones más bestias como Carl’s Dinner, subiendo las paredes más duras gastando menos energía que nadie… en resumen, haciendo que parezca fácil lo que para el resto es una tortura.

Y esta lista de habilidades no es nueva para nosotros: es la que durante años hemos asociado con Graham Jarvis. Hoy por hoy, eso es precisamente lo que define a Mani. Podríamos decir, sin exagerar, que es Jarvis 2.0.

Es ese clásico patrón que solo ves en los grandes deportistas: toman lo mejor de antes, lo refinan, lo superan y lo llevan un paso más allá.

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Tanto Lettenbichler como Jarvis demostraron lo mejor de sí mismos en una de las subidas más cortas —pero también más traicioneras— del recorrido, esa que acabó apartando a más de uno del top 20.

Es, probablemente, la misma subida que le costó a Billy Bolt cualquier opción de disputar la victoria a Mani, porque ahí perdió más de dos minutos tras tener que atacarla cuatro veces.

Letti y Jarvis encontraron la trazada ideal, el agarre que nadie más logró, y la tracción justa para mantener el impulso justo donde hacía falta. Subieron rápido y sin quemar fuerzas, en un terreno donde otros sudaban la gota gorda. Si te preguntas cómo lo hacen, la clave está en momentos como ese: donde avanzan más rápido, con menos esfuerzo.

“No es para lo que vine”

Todo esto no es para ignorar a Míster William Bolt, por cierto. Según él mismo admitió, cometió un par de errores cruciales, se perdió entre los árboles un par de veces —en cuanto a su condición física y entrenamiento (dijo)—, y al final tuvo que aceptar que el segundo lugar era lo que le tocaba este año.

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“No es para lo que vine, pero hoy Mani estuvo un paso por delante”, admitía Billy Bolt tras bajarse de la moto. “Tengo que estar contento con cómo he pilotado durante todo el fin de semana – estoy en un lugar muy distinto al de hace 12 meses – y ahora toca trabajar sobre esta base y pensar ya en la próxima.”

La maldición persiste para Cody en Erzberg

Si aún no has visto cómo le fueron las cosas en carrera a Cody Webb, te recomendamos echarle un vistazo a nuestra crónica tras la carrera. Sus ajustes en la moto no fueron los ideales y, con el miedo de repetir la caída del año pasado en la prólogo, acabó clasificándose mal y saliendo desde la segunda fila.

Aun así, estaba remontando a buen ritmo, hasta que tuvo un pequeño incidente... durante el repostaje. Solo diremos que, a partir de ahora, todos vamos a aflojar el tapón del depósito con mucho más de cuidado…

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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Otros temas a destacar

Un australiano cruzando la meta del Erzbergrodeo… ¡ya era hora! Will Riordan estuvo en la pomada todo el fin de semana, rodando junto a algunos de los pilotos más experimentados de la parrilla. Terminar noveno y llevarse su primera bandera como “finisher” del Erzberg para Australia (vía EE.UU.) es, sin duda, un momento histórico que quedará grabado en los libros del hard enduro.

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Como ya dijimos en nuestra crónica tras la carrera, hubo dos pilotos en la línea de meta que rebosaban alegría más que nadie: el español Francesc Moret y el héroe local, Dieter Rudolf.

Moret fue uno de esos guerreros que aguantó fuerte hasta el final, y no solo eso, ¡siguió adelantando rivales en las últimas secciones, las más duras, y puntos de control! Su puesto número 13 no tuvo nada de mala suerte… si no más bien al contrario, porque fue muy trabajado y más que merecido.

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Con apenas dos minutos de margen antes de que sonara la mítica bocina que marca el final de las cuatro horas de carrera, Dieter Rudolf logró cruzar la meta como último piloto clasificado. Lo hizo entre el alivio total y una desesperación contenida, apretando hasta el final para no quedarse fuera. Un final espectacular que fue un gustazo presenciar.

Y no podemos olvidarnos de David Cyprian, que escuchaba los gritos y aplausos mientras Rudolf llegaba… pero se quedó fuera de tiempo en la última sección difícil. Doloroso, sí. Pero así de cruel puede ser el Gigante de Hierro.

En Enduro21 también tuvimos un rato para charlar con el jefe del evento, Karl Katoch, sobre la historia de la carrera, su situación con la FIM y el Mundial de Hard Enduro, y mucho más.

Muy pronto, la entrevista completa. ¡No te la pierdas!

Erzberg lo volvió a hacer. Nos vemos el año que viene, Gigante de Hierro.

 

Texto: Jon Pearson

Fotos: Andrea Belluschi | Future7Media + archivo Enduro21