El Hard Enduro es una especialidad durísima, tanto a nivel físicocomo para las mecánicas, porque recorrer largas distancias supone tener que llevar contigo el material adecuado que necesites, y tenerlo siempre a mano... He aquí algunas de los trucos ingeniosos que no se enseñan en la escuela pero que sacan de más de un apuro a los pilotos más 'top'.

La preparación es la clave. Cuando tienes que pasarte cinco, seis, siete u ocho horas en moto, o incluso más, perder una hora de tiempo, echando un vistazo, para ver que todo está en orden y preparado para la carrera es fundamental. Una comprobación general de la moto, de todo lo que debes disponer a mano,, empezando por el manillar, comprobando que todo está preparado, en su sitio, donde toca, listo para cuándo lo necesites. Alfredo Gómez lo tiene todo meticulosamente preparado.

En la mano del acelerador, dispone de tres geles energéticos sujetados en su lugar con gomas. Tenerlos a mano, para tomarlos en marcha, significa que no tiene ni que parar ni tan siquiera bajarse de la moto para conseguir una dosis extra de energía cuando las fuerzas decaen debido al esfuerzo.

A vista de halcón apenas se ve una pequeña goma de neumático con tirador, enrollada al manillar, más allá de la bomba del freno delantero, lo cual es muy importante como todos sabéis, porque con una goma y poco más -lease una brida, un poco de cinta americana o un trozo de alambre- un buen McGiver puede arreglarlo todo... ¡completamente todo!.

En el lado izquierdo, lo mismo, sujeta con las mismas gomas tres bolsitas más de gel energético por si a caso. Y al lado, donde se pueda ver bien, un reloj en el manillar para poder ver la hora. Aunque este reloj cumple con una segunda función, ya que está sincronizado con su cinta pectoral de medición de frecuencia cardíaca, lo cual significa que puede saber su ritmo cardíaco, especialmente en subidas, y ajustar su ritmo de carrera en función de ello para no desfondarse.

Y como antes ya habíamos adelantado, un siempre útil manojo con bridas, escondidas en el acolchado de espuma que protege la barra central del manillar.

Escondido tras el portafaro delantero, se encuentra un juego de guantes de recambio. Colocados en el interior de un una bolsa de plástico, con cierre hermético, para mantenerlos limpios y secos, en todo momento, para cuando sean necesarios.

Dependiendo del tiempo que se avecina, hay algunos corredores que optan por cambiar los geles energéticos por las barritas, también energéticas.

Y simplemente, abren el paquete rasgando con los dientes, para para poder comer mientras siguen montando en moto. Las gomas con que se  se sujetan todos elementos proceden de una vieja cámara de bicicleta.

Jonny Walker tiene su propio sistema para esto, él engancha con cinta americana una bolsa de gel energético a la barra de su horquilla, lo hace por la parte superior. De modo que, cuando quiere abrirlo, sólo tiene que tirar de ella y queda automáticamente abierta. Una forma rápida, limpia, simple.

Cargar con recambios o repuestos, ya sea en la riñonera o en la mochila, ocupa espacio, aumenta el volumen y, además, agrega un peso extra a hombros y espalda que acaba provocando un mayor cansancio en menos tiempo.

Por lo que son varios los profesionales que optan por añadir con piezas de repuesto a sus motos con más o menos ingenio.

Los huecos del chasis son un excelente sitio para albergar palancas de repuesto, de freno y embrague, sujetados con bridas. 

La mayoría de los pilotos profesionales, y ahora también casi todos los amaters, han pupularizado uso de ‘camel bags’ para poder beber mientras dispones de libertad para las manos. El tubo del paquete de hidratación se alimenta a través de la barbilla del casco. Con la boquilla situada en el interior, al alcance de los labios, para poder beber fácilmente sin tener que dejar de agarrar el manillar para llevar a la boca el tubo de donde absorbes el líquido.

Leatt, USWE y Kriega… cada marca tiene sus propia versión.

No se ve en demasiadas motos de los 'top riders', aunque sería imperdonable no mencionar este consejo por ello, ya que unos metros de cuerda o cincha podrían sacarnos de más de un ‘berenjenal’ de los que nos podemos encontrar por el camino. Ya sea fijada en el guardabarros delantero -sujeta en la parte superior aprovechando la forma de V de este- o en la mochila... ¡Da lo mismo!, aunque la primera opción hará del guardabarros más propenso a romperse.

Fotos: Enduro21