Superviviente: La épica vuelta al mundo sobre una KTM 500 EXC-F
140.000 kilómetros y tres años de ruta por el mundo con una KTM 500 EXC-F, Aaron Steinmann nos cuenta su extraordinario viaje alrededor de la tierra...
La mayoría de las personas que deciden dar la vuelta al mundo tienen antes muchas dudas e incógnitas por resolver. Es natural que surjan preguntas como cuánto tiempo necesitarán, qué rutas harán, dónde irán o qué visitarán, cuál será su equipaje y múltiples cosas por el estilo... Y como no, la gran pregunta: ¿Con qué moto? Y la respuesta a esa pregunta, para Aaron Steinmann –a quien quizás conozcáis más por su nombre de guerra, su apodo de ‘Braaping Kiwi’- no estaba entre la multitud de motos de las famosas ‘Adventure’, ni siquiera entre las clásicas viajeras de grandes dimensiones. Frío, frío… Aaron se decidió por una KTM 500 EXC-F de enduro.
Y ahora, justo después de su regreso de su épico viaje, el propio Aaron cuenta a Enduro21 en primera persona algunos de los placeres y quebraderos de cabeza que vivió durante su increíble viajes, como cuántos conjuntos de ropa interior llevaba en su equipaje o cómo logró llegar tan lejos sobre una moto de off-road…
He aquí las razones por las que elegí una KTM 500 EXC-F…
Tengo experiencia el enduro y he montado desde las típicas todoterreno hasta motos de cross, así que sabía que quería la moto tenía que estar más orientada al off-road. Hace un tiempo, hice un viaje a Laos y Tailandia con una Honda CRF250 alquilada, así que sabía que quería una moto que fuera ligera pero que a su vez tuviera un poco más de potencia por el hecho de alegrarme el viaje, y las 500 cumplían con los requisitos. También quería algo que no tuviera demasiada electrónica, para que fuera más simple de reparar.
El peor momento fue el día en que entré a México desde Guatemala. Fue una larga jornada de viaje y cuando finalmente encontré un lugar donde quedarme a dormir, una habitación horrible que por suerte tenía wi-fi, encendí mi teléfono y el primer mensaje fue para decirme que mi padre había fallecido", Aaron Steinmann
Y tras escuchar todos mis planes, el agente comercial me señaló la KTM 690 de entre todas las motos que tenía en exposición. Quizás tenía razón, pero en mi interior sabía que la 500 era la moto que había entrado a comprar en aquella tienda.
En realidad quizás no fuera la mejor para las rutas de larga distancia, pero el asiento de Seat Concepts me ayudó y luego fue solo dudé de ello en una ocasión.
Supongo que mi principal preocupación era la fiabilidad y el hecho de que tanta gente me dijera que esa moto no estaba hechos para recorrer tan largas distancias, y que no duraría… ¡Pero lo hizo!.
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Con una de las clásicas ‘adventure’ no hubiera sido tan divertido...
Cuando escucho a un motard quejándose sobre lo mal que estaba la pista o la carretera y lo veo con una gran ‘adventure’ con neumáticos 70/30, un montón de GPS y adornada como si estuviera de mudanza, simplemente aparto la mirada y vuelvo mis ojos a mi pequeña 500, y entonces me doy cuanta que tomé la decisión correcta.
A veces es bueno recordar que no es necesario comprar una gran ‘adventure’ para dar la vuelta al mundo y que con una 500, habrá lugares en los que irá muchísimo mejor que con una moto pesada y sobrecargada.
KTM debería centrarse en demostrar que las motos pequeñas pueden realizar grandes hazañas...
Creo que la moto forma gran parte del viaje y si lo volviera a hacer, creo que pensaría en una moto diferente para la experiencia también resultara diferente. La moto necesitaría tener las mismas características que la EXC-F, pero no hay muchas más opciones disponibles.
Es cierto que KTM está empezando a apostar por las nuevas 390 y 790, y Yamaha ha sacado la T7, pero creo que todavía no han dado en el clavo.
En mi opinión, debería ser algo como una XR 600 moderna. Una moto a medio camino entre las 500 y las 690 con estilo Dakar. La AJP PR7 está cerca de conseguirlo, pero aún podría seguir aligerarse.
Hasta entonces, ¿qué tal si lo hiciéramos con una KX o CR 500 de las que pueden ir por la calle de principios de los 90? ¡Eso sería una risa!. O quizás una de las nuevas 300 TPI para ir superligero? (Sin ropa interior ni calcetines de repuesto). Fuera lo que fuera, os aseguro que no sería grande ni comenzaría por una B ni acabaría en W.
Admito que la mimé bastante, pero hubo momentos que le saqué la carbonilla
Empecé haciéndole los cambios de aceite cada 1.500 kilómetros, pero lo alargué hasta los 3.000 kilómetros dependiendo del tipo de conducción que había hecho.
Llevaba 870 horas y 67.000 kilómetros antes de tener que hacer una restauración de arriba a abajo. Fue desde el sur de Nueva Zelanda hasta la cima de Alaska (bahía Prudhoe) y luego de regreso a Oregón.
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La segunda reconstrucción importante fue cuando ya llevaba 1.325 horas. La moto seguía yendo muy bien, pero me invadieron las dudas al ver cuales serían los próximos estadios del viaje, los países persas, Mongolia y Siberia. Sabía que iba recorrer un montón de kilómetros por lugares remotos, y quería hacerlo con garantía y tranquilidad, así que la envié de vuelta a Estados Unidos para hicieran el trabajo.
Mi única "parada forzosa" fue cuando los cojinetes de las rueda trasera explotaron en Canadá ...
Los únicos problemas que sufrió la moto fueron fruto del desgaste, cosas como la cadena y la transmisión, el aceite de horquilla, los cojinetes de las ruedas y el embrague.
Conseguí un juego de ruedas de la marca Haan cuando cruzaba los Países Bajos, ya que su fábrica está allí. Monté la rueda trasera con tres rodamientos, uno más de los dos que van de serie. Nunca más tuve problemas desde entonces.
Estaba preocupado por el embrague antes de ir a Marruecos, sabiendo que iba a haber bastante arena. No tengo grandes conocimientos mecánicos, pero lo bueno de esta 500 es su simplicidad. Reemplacé el embrague junto a mi tienda de campaña sin preocuparme.
Creo que cualquier persona que se inicie en dar la vuelta alrededor del mundo debería ser al menos capaz de hacer lo más básico en una moto, cosas como cambiar el aceite, reparar una llanta, cambiar las pastillas de freno, etc…
Carga ligera y moto estrecha para poder pasar por las puertas...
Hacer un viaje como este en una moto más pequeña significa que tienes que rebanarte un poco más los sesos pensando qué equipo llevarás.
No quería ni ir demasiado cargado ni que abultará demasiado de ancho para poder cruzar puertas sólo con el ancho del manillar, ya que eso me permitiría muchas más opciones para poder aparcar la moto o guardarla en lugares seguros si podía entrar la moto dentro. Eso también me ayudaría a circular entre el tráfico de las grandes ciudades. Y aunque habitualmente trataba de evitarlas, a menudo ni había más remedio que entrar en ellas.
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Creo que la mayor parte de la gente se estresa y se rompe la cabeza demasiado antes de emprender un viaje como este, y yo, lo confieso, pequé de lo mismo. Comencé con un par de tejanos, una camisa decente y dos pares de zapatos. No estoy seguro de lo que realmente paso, pero no pasó mucho tiempo antes de que fueran abandonados. ¡Y desde entonces, en adelante, mi ‘look’ volvió a ser el del motociclista andrajoso que soy!
Si has estado cargando durante un tiempo con algo que no has usado, es que tienes que deshacerte de ello a menos que sea una bujía o un eslabón de la cadena.
Tres pares de calcetines, ropa interior y camisetas. Nunca de más y a veces incluso de menos…
Utilicé un saco Giant Loop Coyote para llevar mi equipamiento y una bolsa que ponía sobre este de Tillamook. El Coyote tiene tres bolsas impermeables en su interior. Uno lo guardaba para mis herramientas, tubos, filtros, etc. En otro tenía mi equipo de cocina y en el tercero guardaba mi mínima cantidad de ropa. En la bolsa superior llevaba mi tienda de campaña, el saco de dormir, una almohadilla para dormir, zapatos y algunas otras cosas.
Tengo también dos bolsas también fabricadas por Giant Loop unidas a la bolsa Coyote y son del tamaño perfecto para las botellas de aceite Motorex de un litro. También guardé algunas herramientas allí para poder apretar mi cadena o cualquier tornillo, así si se aflojaba algo, no tenía que remover toda mi bolsa principal.
Me gusta ponerme capas, así que fui con una chaqueta Klim Traverse más ligera y pantalones Badlands. Ambos son Goretex, lo cual es genial y significaba que no tenía que parar y detenerme para ponerme ropa de lluvia cuando se ponía a llover un poco. También tenía un impermeable de lluvia Klim, tanto la parte de arriba como la de abajo, que usaba si llovía mucho. Afortunadamente, el tiempo me acompañó bastante y a menudo, si llovía mucho, me quedaba allá donde estaba.
Es más fácil viajar acompañado por la tranquilidad de si te estampas o sufres un colapso, aunque por eso también me gusta viajar solo...
Cuando vas por tu cuenta, dependes completamente de ti para resolver cualquier situación si algo sale mal. Me sentía algo más nervioso cuando estaba en parajes muy remotos, viajando en soledad, y me gustó esa sensación.
Me gusta poder cargarlo todo y largarme cuando me apetece, y también dar por acabada la jornada cuando quiero. Eso es la libertad total. El hecho de que resulte más complicado viajar en solitario aún lo hace más gratificante.
El peor momento fue el día en que entré a México desde Guatemala. Fue una larga jornada de viaje y cuando finalmente encontré un lugar donde quedarme a dormir, una habitación horrible que por suerte tenía wi-fi, encendí mi teléfono y el primer mensaje fue para decirme que mi padre había fallecido. Sentí mi hogar muy lejos aquella noche.
La segunda peor experiencia fue despertar, salir de la tienda y ver que me habían robado la moto en Australia.
Realmente no puedo escoger un país como favorito. Hay algunos en los que disfrutas enormemente yendo en moto, pero en los que encontrar cosas básicas como un baño normal es casi imposible...
Países como Suiza o Austria son increíblemente hermosos, pero no tienen pistas verdaderamente off-road. Me hubiera gustado pasar más tiempo en Colombia. Tuve que partir de allí para tomar el último barco de aquel año para poder llegar a Panamá. Si no lo tomaba, iba a tener que embarcar mi moto en un avión y sobrevolar la región de Darién.
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En ocasiones viajé a otras personas durante mi viaje. Realmente lo pasé muy bien desde Kirguistán hacia Mongolia, donde no hay mucha gente que hable inglés y acampábamos a menudo en zonas muy remotas. Fue genial contar con algo de compañía por las tardes y no sentirme así tan culpable por beber solo (¡a quién quiero, jamás me he culpado por hacer eso!).
Datos básicos:
- ¿Cuántos neumáticos utilizaste? No siempre tuve la oportunidad de elegir qué neumáticos podría poner según qué país, pero acabé destrozando entre 35-40 neumáticos desde unos TKC80 (de los cuales no soy un gran fan), hasta Pirelli M21, Mitas E09 y E10 , Golden Tire GT723, MotoZ RallZ, Desert HT y otros muchos de forma aleatoria. La media de duración para los neumáticos de atrás era de 5.000 kilómetros y 10.000 para los delanteros.
- ¿Qué plan tenías? Mi plan original era viajar desde Nueva Zelanda a Portland, en Oregon, donde había vivido antes durante bastantes años. Planeé que serían alrededor de cuatro meses para este primer viaje, y eso es más o menos es lo que acabaría durando. Poco imaginaba que seguiría durante tres años más, haciendo 140.000 km, pasando por 51 países y cruzando seis continentes.
- ¿Qué tienda de campaña te llevaste? Una MSR Hubba Hubba NX de dos personas que cuanta con el suficiente espacio para sentirse cómodo y poder sentarse. No podía imaginarme verme encerrado en una pequeña tienda tipo ataúd durante un par de días. Y una hamaca, para viajar a largo plazo, no es práctica.
- ¿Qué recomendarías indiscutiblemente llevar contigo? Lo que recomiendo es una Steripen. Una pequeña luz ultravioleta que ayuda a esterilizar el agua si no estás seguro de lo potable que puede ser, tanto del grifo como de un arroyo cuando acampas
- ¿Una carretera o un senda favorito? Rutas interiores descubiertas, y algunos tramos de la Trans Euro Trail (TET), a través de los países balcánicos. ¡Ah!, y pasar por la Ruta de los Huesos solo por la zona y toda la historia que hay detrás.
- ¿El mejor extra para la moto? Un estabilizador de dirección Scotts.
- ¿Una comida favorita? La comida casera de cualquiera que me acoja en su casa para pasar la noche.
- ¿Los momentos más inolvidables? Hitos como llegar a la cima de Alaska, al Sáhara o la Magadan. Aunque lo más inolvidable, sobre todo, fueron todas aquellas personas que conocí en el camino y que me han brindado tanta amabilidad, invitándome a pasar una noche en su hogar o simplemente viniendo a verme a la tienda y diciéndome: “Me apuesto lo que quieras a que no llevas ninguna cerveza fría en esa moto y que no me vas a poder invitarme a una”. Gente que, de una forma u otra, me ha ayudado a completar mi viaje. A todas esas personas, ¡quiero darles las gracias!
Puedes encontrar más información y una gran cantidad de imágenes del viaje de Aaron en su perfil de Instagram: braaping_kiwi