Parece que haya pasado un siglo desde aquel 2007 en el que ganó la Gordexola, Joan Pedrero vuelve al enduro extremo por un día en Arnedo y nos cuenta, entre risas y anécdotas divertidas, como un tipo tan curtido en el off-road y los rally-raids, ahora mismo se siente como un pez fuera del agua en el ‘hard enduro’.  

A pesar de que ambas forman del off-road, podría decirse que el hard enduro y el rally se parecen como un huevo a una castaña. Y por ello, en Enduro21, cuando supimos que el piloto de Canet tomaría parte en la segunda prueba de la Copa de España de Hard, aprovechamos para hablar con él sobre esta experiencia y para echarnos unas risas, porque Joan – para aquellos que no lo conozcan – es un tipo con el te que ríes siempre, con el que te ríes muchísimo…

Está fuerte como un roble y antes de convertirse en uno de los actuales pilotos con más participaciones en moto del Dakar, Pedrero, como tantos otros, había empezado en el enduro. Unos primeros pasos que pronto acabaron llevándole al mundo de los rally-raids, no sin antes ganar una de las extremas pioneras de la península ibérica, la Gordexola.

 

Hubo veces que pensaba: ¿en serio que tenemos que subir por aquí?”, confiesa Pedrero

 

Charlamos con Joan Pedrero sobre cómo ha cambiado esta disciplina a lo largo de los años. Un tipo de carreras que él antes conocía simplemente como ‘extremas’ y que ahora, con el paso de los años, han pasado a denominarse de ‘hard enduro’. Disfrutamos de sus comentarios, en primera persona, sobre esta carrera, porque como bien dice riendo Joan: “¡Esta gente está muy loca!”

Acepta el reto de un amigo de participar de nuevo en un ‘hard enduro’ 

Actualmente podría decirse que vivo en los Monegros y al ser piloto de Rieju, que tiene esta 300 2T, un amigo me propuso participar en esta segunda prueba de la Copa de España de Hard Enduro que se hacía en La Rioja. Pina de Ebro no queda muy lejos, así que hablé con Rieju, entrené unos cuantos días con ella, la cargué a mi furgoneta y fuimos a Arnedo a hacer un poco de ‘show’.

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Hace años había corrido la Gordexola, donde conseguí ganar, pero el mundo del hard enduro, o más bien dicho de las extremas como yo las conocía antes, ha cambiado muchísimo desde entonces. Antes eran trialeras rápidas y hoy en día es prácticamente trial.

Además, la gente está muy entrenada para este tipo de carreras, cosa que encuentro bien, pero está claro que no son carreras de mi estilo, ya que ahora estoy acostumbrado a rodar rápido, a altas velocidades en los raids. Y el hard enduro ahora son carreras de ir en primera y segunda, o como máximo tercera, con la moto.

 

Un hard enduro son tres horas, es como un sprint para mi. Y en cambio, un Dakar es como una maratón”, destaca Joan Pedrero

 

El hard enduro se ha desmarcado mucho del concepto inicial del enduro clásico. Antes, cuando corríamos en Gordexola, había algún tranco, pero se trataba de una carrera con ritmo, como un cross-country con trialeras. En cambio ahora, todo son escalones y subidas imposibles, encadenadas. No lo critico, pero es un sistema muy distinto a como eran antes estas carreras. 

Boquiabierto con el grip de los neumáticos blandos de hard-enduro

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No esperaba que fuera una carrera tan lenta, aunque la mayor diferencia que encontré fue en los neumáticos que se utilizan hoy en día y sobre todo el agarre que tienen. No estoy acostumbrado a gomas tan blandas y, quieras o no, me costó encontrar un buen ‘feeling’. No porque no sepa hacer trialeras, sino porque tenía la referencia de subir escalones de piedras con otros neumáticos más duros.

 

Tienes que regular mucho el esfuerzo para bajar un poco las pulsaciones, porque la ‘patata’ va a tope”, relata el piloto de Rieju de la carrera

 

Y había veces que pensaba: “¿En serio que tenemos que subir por aquí?”. Estos neumáticos tan blandos tienen mucho grip, pero mi cabeza no llegaba a imaginar que tanto. Había lugares en los que pensaba que era imposible subir. Pero, sin embargo, gracias al neumático, lo hacías. ¡Es increíble el agarre que tienen! Aunque hasta la parte final de carrera, no conté con la suficiente confianza cómo para entender lo que se podía hacer con aquellos neumáticos y hasta donde podían llegar. Flipé un poco, la verdad.

La buena acogida de la nueva Copa de España de Hard Enduro entre los aficionados

Creo que el éxito que está teniendo el hard enduro, y este campeonato en concreto, es debido a que la gente puede entrenar y practicarlo en zonas acotadas. Hay mucha gente en Euskadi a quien le encanta hacer esto y por eso hay tanta afición allí. Y luego está el tema del público, que puede ver y seguir la carrera sin desplazarse por una zona muy extensa y sin tener que coger el coche… Además, ¡ve motos volando y espectáculo! Aunque debo decir que. para mi, como piloto, eso no me gusta. Debes tener una técnica de trial para salir de cero y subir el escalón.

La verdad es que no conté las veces que me aquí en Arnedo. No lo sé, la verdad, ¿10, 15… quizás 20?. No lo sé. Muchísimas. Aunque en mi favor tengo que decir que salí fatal y que esta no es mi especialidad. Fuimos con Rieju, hubo espectáculo y ya está. La gente se ha especializado muchísimo en esta disciplina y hay mucho nivel.

Hard Enduro vs Rally-Raids, dos mundos muy lejanos

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No hay comparación posible entre una etapa de rally y esto. Un hard enduro son tres horas, es como un sprint para mi. Y en cambio, un Dakar es como una maratón. Son muchas más horas en moto. A mi, por ejemplo, me cuesta mucho calentarme, porque tengo mucho músculo, y durante la primera hora de carrera lo pasé fatal, iba muy agarrotado, no encontraba mi ritmo y prácticamente no podía ni coger como tenía el manillar. 

Y luego, que vas con una moto de apenas 100 kilos que no tiene nada que ver con la del Dakar y que te pasas el día subiendo y bajando. Sin descanso. Por lo que tienes que regular mucho el esfuerzo para bajar un poco las pulsaciones, porque la ‘patata’ [N.R: el corazón] te va a tope… Es la misma diferencia que hay entre un sprint y una maratón.

Normalmente, cuando ya llevo una hora y media sobre la moto, entonces ya aguanto lo que sea, porque el día después de esta carrera hice un roadbook de más de 300 kilómetros en los Monegros. Pero cuando acabé la carrera de Arnedo, la verdad es que me noté un poco machacado. Aunque no hecho polvo. Sobre todo, el trasero. Mi cuerpo está acostumbrado a trabajar muchísimo y eso no le venía de nuevo.

 

 

En el pasado Dakar sí que lo pasó realmente mal

Mi mayor handicap en el pasado Dakar fue la caída. Fue muy fuerte y tras ella, hice 50 kilómetros de los que no recuerdo completamente nada. No sé ni como llegué a la meta. Me rompí un dedo de la mano, me esguincé el tobillo y me giré la rodilla, y además tenía contusiones por todo el cuerpo, pero al día siguiente, gracias al buen trabajo de los equipos médicos, pude salir.

Pensé que a los 10 kilómetros me retiraría porque me dolía todo, pero después de aquellos 10 hice otros 10 y otros 10... y así hasta llegar. Y así fue hasta el final, aunque con mucho dolor. Sin embargo, al final, poco a poco, a base de analgésicos, pude recuperar el ritmo y acabar el rally con una última etapa 'decente', en la que terminé séptimo.

Ante todo buen rollo, a las carreras se viene a disfrutar

Al cruzar la meta, me encontré con Mario [Román] y le dije de cachondeo que nunca más me volvería a ver en una carrera de hard enduro. Es broma, aunque sí debo decir que este tipo carreras ha cambiado muchísimo de hace 15 o 20 años atrás, había momentos en los que decías: “¿De verdad me haréis subir por aquí?”. 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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Hay pilotos muy experimentados y otros que no lo son, o no lo son tanto, y realmente creo que hay sitios en los que pensaba, como se vayan piloto y moto abajo, cuidado… Motos sobre los pilotos. Aluciné.

“¡Esta gente está muy loca!”

Y luego, con lo que más flipé, fue con esa norma no escrita de tirar siempre hacia adelante, pase lo pase. Hubo un momento en el que se estaba formando cola y que le dije a otro piloto, que venía detrás, que se espera a que pasarán los de delante. Y va y me contesta que en el hard enduro no se espera a nadie. Y venga montoneras motos por aquí y por allí. Y yo pensaba: “Pero tío, ¡qué no ves que está todo colapsado!” (risas).

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Chocan entre ellos y no se dicen nada, ni se piden perdón, y se ve como algo normal aquí. Confieso que eso me alucinó mucho. En una de estas ocasiones, golpeé la rueda de otro piloto, le pedí perdón y me grita: “¡Perdona por qué!”. Aún alucino ahora, de verdad. Le digo: “Tío, espera, que la gente está ahí parada”. Y me contesta: “No, aquí en el hard enduro no se espera”. Y mientras tanto, él iba tirando adelante y ‘patapum’, se va al suelo y yo pensando: “Hostia, ¡esta gente está muy loca!” (risas). 

A otro le acababa de caer una moto en toda la pierna, se quejaba del dolor, pero ni se giró y siguió hacia adelante… No se dicen nada, ¡esto parece el Supercross de Estados Unidos!. Y yo pidiendo perdón y permiso a todo el mundo, debían decir: “¿Este tío es gilipollas o qué le pasa?” (risas).

Una buena experiencia, divertida en general

Aunque ahora, más allá de las bromas, tengo que decir que fue una experiencia positiva y que a mi, todo aquello que sea ir en moto y disfrutar con ellas, me encanta. Me gusta hacer trialeras aunque quizás no este tipo de trialeras de todo o nada, en las que subes o te caes. 

Hicimos un poco de show y nos lo pasamos bien, aunque durante la primera hora también es verdad que lo pase mal por culpa de ir agarrotado. Y sin embargo disfruté mucho y el lugar era súper chulo, así que muy bien general.

 

Lo que realmente marca la diferencia en esta disciplina, son los neumáticos y los mousses”, asegura el piloto de Canet de Mar

 

No cierra la puerta a otras ‘extremas’ de mayor envergadura, aunque le gustaría ir mucho mejor preparado

¿Qué si me animaría a hacer una Romaniacs? Hombre, creo que eso se me daría mejor porque me lo tomaría más en serio y me prepararía mucho mejor, con más tiempo. Entrenaría con los neumáticos con los que debería ir y eso, estoy seguro, que cambiaría mucho la historia.

Al final de esta carrera de Arnedo, me di cuenta de que con ese neumático blando podía subir por muchos sitios en los que pensaba que patinaría. ¡Y qué va! Van pasando las vueltas y cada vez te das cuenta de la tracción que llegan a tener, es como la primera vez que pruebas los neumáticos de clavos sobre nieve, porque cuentan con una tracción que jamás hubieras dicho ni imaginado. Hasta tal punto, que me atrevo a decir que la clave del hard enduro y lo que realmente marca la diferencia en esta disciplina, está en los neumáticos y los ‘mousses’.

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La clave: los neumáticos y mousses 

Es la clave y lo digo en serio. Había algún sitio en el que pensabas que te quedarías a vivir, parabas sobre una piedra, desde cero, le dabas al gas y salías. Cuando pensabas que de allí era imposible salir.

Mi Rieju era totalmente de serie, no le hice nada. Completamente nada. De hecho, no la llevaba ajustada ni a mi peso… Recuerdo que Eloi Salsench, mi compañero de equipo en Rieju, me dijo: “Mañana fliparás”. Y pensé: “Qué me cuenta ahora este júnior…” (risas). Y al día siguiente vi que tenía toda la razón.

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Fotos: Nicki Martínez | Enduro21