Dos dÃas de rutas con la Stark Varg EX en los Pirineos – 5 cosas que aprendimos
Dos días de ruta trail y algo de free ride en zonas donde una moto de gasolina simplemente acabaría con un helicóptero persiguinéndola desde el cielo, además de más caballitos e invertidos de los que pudimos contar, con barbacoa incluída y cervezas – el tour por los Pirineos de Stark nos enseñó cosas sobre la Varg EX que aún no sabíamos.
Stark está dejando escapar una oportunidad aquí. Tras dos días rodando por la montaña, el “Stark Destination Tour” en los Pirineos nos dejó preguntando a la marca: “¿por qué no hacéis una moto de trail?”
Ahora que el modelo EX (enduro) homologado ya es una realidad y sale disparado de la fábrica de Barcelona, en Enduro21 por fin tuvimos la oportunidad de probarla en condiciones reales con un par de días de rutas por los senderos de los Pirineos.
En las montañas cerca de La Molina, donde vacas y caballos campan a sus anchas, los ciclistas de montaña y los pastores te saludan y la vida parece sencilla, fue una ocasión ideal para que Stark mostrara su moto bajo un foco favorable, dejándonos rodar por lugares donde sería impensable hacerlo con una moto de gasolina.
Más importante aún, nos permitió acumular horas sobre una de las motos off-road de las que más se habla últimamente. Esto fue lo que descubrimos...
¿Una sustituta de la DR-Z, KLR, XR o XTrainer?
¿Podría la Varg ser una rival para una Suzuki DR-Z, una Kawasaki KLR, una Honda XR o incluso una Beta XTrainer? Si eres de los que valoran una moto sencilla de mantener, versátil, con la que solo tengas que pasar la pierna por encima y salir a rodar sin complicaciones, entonces la respuesta es un rotundo sí.
Durante estos dos días de ruta, no pudimos evitar hacernos dos preguntas clave: ¿vale para hacer trail? y ¿la batería aguanta? A la primera, la respuesta es un claro “por supuesto”, y a la segunda, quedó bastante clara cuando ya estábamos con una cerveza en la mano tras dos días de ruta: sí, aguanta.
Si eres ese típico piloto de XR250 que se pasa horas rodando con un depósito, la Varg puede hacer exactamente eso. Tiene autonomía de sobra y lo único que tienes que pensar es dónde la vas a enchufar por la noche.
Por supuesto, si te la llevas a un circuito de motocross o te pones a correr un cross-country a ritmo de carrera, la batería volará. Pero si fluyes como un veterano con una XR250, los caminos de montaña serán tuyos.
Lo que cambia es el chip mental: ¿puedo hacer lo mismo que con un depósito de gasolina? Al principio te preocupa la autonomía, pero en cuanto entiendes la moto, esas dudas se esfuman.
Cómo la forma en la que pilotas determina hasta dónde llegas
Que no se nos malinterprete, nos gustan los caballitos y los invertidos tanto como al que más. Nuestra ruta fue larga en términos de tiempo total – desayunamos, salimos por la mañana, hicimos una buena parada para comer y regresamos ya por la tarde.
La variedad del recorrido fue total: carretera, caminos, senderos estrechos de cabras y bastante “pista off-road” por cuestas técnicas, además de muchos caballitos... todo eso, evidentemente, suma en el consumo de energía.
Para ser totalmente transparentes, Stark recargó las motos durante la parada del almuerzo, aunque, haciendo cálculos rápidos, creemos que en nuestro caso no habría hecho falta: la moto habría aguantado con una sola carga.
Al final quedó claro que los pilotos más tranquilos del grupo, que era de niveles variados, habrían aguantado sin problema todo el día, mientras que el italiano de motocross, enganchado al par inmediato, o el piloto oficial de Stark Eddie Karlsson, no tanto.
Nuestro guía, con muchos años de experiencia en MTB por la zona de la Cerdanya, nos dijo que hizo el recorrido de reconocimiento con una sola carga... y nos lo creemos.
¿Y nosotros en Enduro21? Nos lanzamos a la diversión como cualquiera, pero solemos tener un estilo más Jarvis, es decir, dosificando el gas como buenos trialeros veteranos, y calculamos que habríamos terminado la ruta con un 10% de batería de sobra.
Cualquier moto que quieras, en una sola
En nuestro grupo de pruebas había pilotos de todos los niveles, y lo cierto es que todos disfrutaron por igual, jugando, rodando, contemplando las vistas… y sin preocuparse demasiado por la batería – aunque, claro, sigue siendo tema de conversación durante la ruta.
Fuera de las cintas y cronos de carreras, si eres de los que simplemente salen a rodar, probablemente estés abierto a cualquier moto mientras te divierta y se ajuste a tu presupuesto.
Seguramente buscas algo fácil de llevar, sencilla, manejable y útil para diferentes tipos de piloto y terrenos. Eso, precisamente, es lo que ofrece la Stark Varg EX.
En este tipo de ruta, en la montaña y básicamente a tu ritmo –tan rápido o lento como te apetezca–, la Varg se convierte rápidamente en una rival directa de la popular Beta XTrainer. Puedes compararla con la KTM Freeride o con esas otras motos “no de tamaño real” que hay por ahí, pero encontramos que esta las supera porque puedes adaptarla tanto a pilotos noveles como a expertos.
Lo mejor: frenos Brembo, un buen cubrecárter con protector de disco trasero, y unas suspensiones KYB decentes (aunque no perfectas) de serie. Todo ello la convierte en una moto de enduro real, pero también en una mejor versión de esa moto “multiusos” que muchos buscan.
Has venido al sitio correcto
Cada vez más pilotos, tanto de trail como de carreras, se están sorprendiendo con lo bien que va la Varg. Y lo mismo pasa con muchos ciclistas de montaña, que encuentran una transición muy natural del pedal al estribo (¡y flipan con que esta moto sea más barata que muchas bicis de descenso!).
Contar con una buena posición de pilotaje, con una relación bien equilibrada entre estriberas y manillar, hace que cualquier moto sea cómoda de llevar durante horas – algo que, por ejemplo, también ha clavado Triumph en su reciente lanzamiento de modelos de enduro.
La realidad es que la Varg disimula muy bien esos kilos de más. Esos 10 kg extra respecto a una moto de enduro o motocross de cuatro tiempos ni se notan… hasta que te bajas de la moto y tienes que subirla al caballete o recolocar la rueda trasera en una rodera o agujero.
En general, el ‘cockpit’ o zona de pilotaje de la Varg es espacioso, y eso se agradece especialmente cuando vas de ruta, donde buscas comodidad, control y facilidad de manejo.
¡Esto lo haría hasta mi hijo de 16 años!
Uno de los grandes puntos a favor de la Stark Varg EX, y una de las razones por las que toda una nueva generación está literalmente “enchufándose” al off-road, es su tecnología.
El control que ofrece desde los botones del manillar para cambiar mapas y modificar por completo el comportamiento de la moto es algo que ninguna otra moto de campo ofrece. Y además te permite limitar la potencia para los que están empezando.
La pantalla Android montada en el manillar permite ajustar la potencia, el freno motor, cambiar el carácter de la moto… ¡y también comunicarte, hacerte selfies y hablar con casa! Durante nuestra ruta por La Molina, también usamos la opción de navegación GPS, lo que facilitó mucho movernos por los senderos.
Para que conste, el GPS funcionó de maravilla salvo un par de veces que parpadeó durante un segundo por falta de cobertura. Para estar en plena montaña, eso es más que decente. Hemos probado dispositivos mucho más frustrantes, la verdad.
Para una generación que ha crecido con el mundo al alcance de su dedo, esto no es revolucionario ni fuera de lo normal… es simplemente lo que esperan. Para la Generación Alpha, tiene todo el sentido del mundo.
Sensaciones de calidad
La filosofía de Stark con la Varg ha sido clara desde el principio: hacer las cosas bien, desarrollar y fabricar una moto de calidad con los mejores componentes. Y eso se nota.
Forma parte de toda la “vibra” que rodea a la moto, la fábrica, los productos y la gente detrás del proyecto. Apostar por hacerlo bien a la primera y construir una reputación parece estar funcionando, a juzgar por la cantidad de Varg EX que salen de la fábrica de Barcelona.
Fabricar las motos y baterías en casa, buscar proveedores locales, invertir en impresión 3D de sus propias piezas, el equipo de atención al cliente, el kit de herramientas personalizado que viene de serie… Todo suma en esa sensación de calidad y atención al propietario que, siendo sinceros, no solemos ver tan a menudo en otros fabricantes.
Y hay algo más: cuando te subes a una Varg, la sensación es buena desde el primer momento. Es una moto de campo muy bien equilibrada, fácil de llevar. Sin gasolina, sin filtros de aire… solo encender y salir. Llegas a casa, la lavas, engrasas la cadena y te tomas una cerveza. Y eso, nos encanta.
¿Y la recarga?
Los senderos en las colinas y montañas de La Molina – una tradicional estación de esquí y paraíso del MTB en el norte de España – serpentean a través de bosques, praderas centenarias llenas de vacas y caballos que viven a sus anchas.
Kilómetros y kilómetros de caminos remotos, vacíos, que van desde pistas agrícolas (algunas auténticas rutas milenarias), a senderos estrechos entre árboles, pasos de cabras, raíces expuestas, riachuelos embarrados… todo muy natural y muy salvaje.
Nada fue especialmente difícil de pilotar – al menos para nosotros – y durante las ocho horas de ruta vimos apenas un puñado de senderistas y ciclistas de montaña. No molestamos a ningún animal ni tuvimos roces con otros usuarios del camino.
La realidad es que, por ahora, si quieres hacer una ruta así con una Stark Varg, tienes que planificar un recorrido en bucle que te lleve de vuelta a casa o punto base. Si pretendes hacer una ruta lineal de punto A a B, hay que prever otra solución.
Nos dijeron que están trabajando en ello, pero todavía no está resuelto. Llevar un cable o adaptador en la mochila que puedas enchufar en una cafetería o punto de carga sería ideal… aunque, según nuestra experiencia, no es imprescindible salvo que vayas a ritmo de carrera todo el tiempo.
El mundo está cambiando. Incluso en un lugar tan remoto y rural como este, vimos puntos de carga para vehículos eléctricos en varios pueblos y hasta en un restaurante junto a un telesilla. Pero por ahora, no se pueden usar con la Varg.
El veredicto de Enduro21
Lo que más nos dejó claro esta experiencia de dos días con la Stark Varg EX fue el valor real de poder rodar por sitios donde una moto de gasolina simplemente no puede. Y eso, en 2025, importa. Esta fue una ruta increíble que, sinceramente, habría sido imposible con una moto convencional de combustión.
También nos sorprendió algo que no habíamos notado tanto en otras pruebas con la Varg: lo fácil que es hablar entre nosotros mientras rodamos. En esta ruta nos pasamos el día charlando. ¡Demasiado, si somos honestos!
Hemos hecho trail con todo tipo de motos: desde viejas y lentas monocilíndricas, a grandes trail de aventura, motos de enduro y bicis de montaña, y la Varg destaca claramente como una nueva forma de disfrutar del campo, porque sus capacidades como moto de enduro son reales.
La calidad de componentes está a otro nivel, especialmente los frenos y las suspensiones, y contar con material top de serie hace que la experiencia sea una pasada.
Como ya dijimos, la Varg es muchas motos en una sola. Y resulta que, además, es una excelente moto de trail.
Prueba realizada por Jon Pearson, editor de Enduro21.
Foto: Stark Studios